jueves, 10 de agosto de 2017

Navegando por un sueño

  NAVEGANDO POR UN SUEÑO

He navegado el universo
a través de una ilusión,
contigo como mi sirena
con un canto de pasión.

Más allá de los límites
que nos imponía la realidad,
nuestra imaginación creaba
un mundo de libertad.

Embarcados en este sueño
en un océano de fantasías,
deteniéndonos solo para amarnos
fuera de noche o a la luz del día.

Buscábamos un tesoro
de todos el más valioso,
uno que es impensable
para quien se sienta temeroso.

Un tesoro que pocos han visto
el tesoro de la felicidad,
navegamos en este sueño tras el
enfrentando los peligros del mar.



Pero luego de tanto tiempo
de tantas cosas que compartíamos,
de algo nos dimos cuenta
de algo que juntos vivíamos.

Y es que nunca hallaremos eso
que con tantas ansias deseamos,
porque buscamos un tesoro
que sin querer ya encontramos.

Este es nuestro máximo tesoro
estar juntos y enamorados,
poder acariciarnos, besarnos
como siempre lo habíamos esperado.

Nosotros navegamos este sueño
aprendiendo día a día a vivir,
a conocer más y más nuestras almas
y las emociones que juntos podemos sentir.

Campo de violetas

  CAMPO DE VIOLETAS

Era una tarde preciosa
del primer día de primavera,
y decidimos dar un paseo
que nos llevara a donde fuera.

El sol tibio muy en lo alto
hacía resplandecer tu pelo dorado,
y con tu delicado vestido blanco
yo me sentía por un ángel acompañado.

No sé cuanto caminamos
pero algo de pronto llamó tu atención,
un sendero entre unos árboles
el cual tomamos sin saber la razón.

Mientras caminábamos te abracé
y tú hiciste lo mismo conmigo,
los árboles uno tras otro en fila
como un cortejo nos tenían protegidos.

Luego de un rato de andar
ante nosotros un claro se abrió,
y un paisaje demasiado increíble
nuestra vista deslumbró.



Era un campo lleno de violetas
como salido de un cuento de hadas,
había flores hasta donde llegaba la vista
como una pintura recién acabada.

No le buscamos explicación
solo nos dedicamos a disfrutar,
nos acostamos en el medio
y así comenzamos a flotar.

Sin decirnos ni una palabra
solo nos dedicamos a besarnos,
no cabía que hiciéramos otra cosa
solo pudimos amarnos.

Así como así el tiempo pasó
y del campo de violetas nos fuimos,
aunque no sabemos si fue real
o solo un sueño que compartimos.