miércoles, 20 de abril de 2016

Cuestión de costumbre



                                   CUESTIÓN DE COSTUMBRE

Estaba acostumbrado a mi vida
a por las calles solo caminar,
a regresar a mi casa solo
y a dormirme sin querer despertar.

Me había acostumbrado a mi rutina
al día a día, al ir y venir,
a no pensar en el mañana
incluso a no llorar ni reír.

Me había acostumbrado al paso del tiempo
y a que las cosas pasaran por pasar,
estaba acostumbrado a todo
pero un día tuviste que llegar.

Poco a poco te metiste en mi mundo
e hiciste que acostumbrara a tu mirar,
lentamente me fuiste cambiando
y cosas nuevas me empezaste a enseñar.

Me acostumbré a tu manera de hablarme
a tu forma de tocarme y de besar,
eliminaste la soledad de mi alma
y la oscuridad de mi mente lograste iluminar.



Me acostumbré a tu sonrisita
a tu increíble manera de pensar,
a ver el mundo a través de tus ojos
me acostumbré a despierto soñar.

Pensar ahora en todo lo que pasó
que en tan poco tiempo mi vida cambiaras,
que tu amor me llenara de energía
que a tenerte abrazada yo me acostumbrara.

Todo lo que yo era hasta entonces
dejo de ser en un pestañear,
y que fuera tan solo por tu cariño
tan puro y difícil de imaginar.

Todos somos seres de costumbres
costumbres que algunas no se pueden cambiar,
pero hasta las más arraigadas
motivados por el amor las podemos transformar.

No escucho tu risa



                                  NO ESCUCHO TU RISA

No escucho tu  risa
y ese es mi peor castigo,
no escucho tu risa
porque ya no estás conmigo.

No siento tu voz tan especial
ni tus palabras cariñosas,
no veo el palpitar de tus labios
diciéndome frases armoniosas.

No toco tu piel
ni te veo estremecer,
no tomo tu cabello entre mis manos
para cual cascada dorada dejarlo caer.

No escucho tu risa, mi vida
y me siento tan vacio,
me has dejado solo
en este mundo perdido.

Todo está en silencio
las luces se han apagado,
todo se ha vuelto lúgubre
todo se ha acabado.



Este silencio es agobiante
a pesar del ruido no oigo nada,
estoy sordo para el mundo
esperando iluso tu llamada.

Todo se ve oscuro
no hay luces alrededor,
ya no hay fuego en mi alma
al no estar tú preciado calor.

Podría morir sin darme cuenta
ya que no se si logro vivir,
puedo estar vivo pero insensible
al no ver tu boquita reír.

No escucho tu risa,
no te escucho,
no siento,
no te veo,
no estás,
no hay….
no me queda…
nada.

sábado, 9 de abril de 2016

Solo sé amarte

                                  SOLO SÉ AMARTE


Solo sé amarte mi ángel
más no puedo hacer.
Solo sé perderme en tu mirada
en tus hermosos ojitos de cristal.
Solo sé enredarme en tu pelo
en su deslumbrante brillo dorado.
Solo sé acariciar tu piel
tan suave, blanca y fresca como tu alma.
Solo sé hacerte cosquillas
para enamorarme de tu picara sonrisita.
Solo sé abrazarte
y acurrucarme con tu corazón latiendo.
Solo sé besarte
y embelesarme en tus labios de miel.
Solo sé perfumarte
con los pétalos de las rosas de tu jardín.
Solo sé escucharte
hechizado por tu canto de sirena.
Solo sé adorarte
como a la reina de mi mundo.
Solo sé quererte
como nunca quise antes,
pero más que otra cosa
yo solo sé amarte

como tú me amas a mí.

Último beso

                                ÚLTIMO BESO

Sentí que el mundo temblaba
que el universo se estremecía,
pero en ese último beso
sentí que tu alma se aferraba a la mía.

Ninguno de los dos quería
que este día se acabara,
porque sabíamos muy bien que a su fin
nuestro sueño también terminaba.

Tu sabias muy bien cómo reaccionaría
al saber que ya no te vería,
y a pesar de todo me demostraste
que tu pasión jamás me dejaría.

Ese último beso fue eterno
fue la pura y definitiva unión,
más sublime que cualquier sacramento
fue nuestra última misión.

Tu mañana ya no estarás
y yo ya te estoy extrañando,
a pesar que tengo entre mis brazos
las lágrimas se me están escapando.


Veo tus ojitos cerrados, soñadores
te acaricio mientras estás dormida,
mientras pienso que mañana
la soledad volverá a mi vida.

Quiero poder partir contigo
para seguir juntos amándonos,
quisiera que estallara el mundo
y así volar juntos besándonos.

Fuiste mucho más valiente que yo
aceptaste tu destino sin quejarte,
nunca te vi llorar, jamás
y eso es lo que me hace admirarte.

En este último beso nos entregamos por completo
y tu pasaste a mi alma toda tu pasión,
tus sueños, ilusiones, alegrías y ternura

que vivirán eternamente en mi corazón.