jueves, 23 de febrero de 2017

Corazón de poeta

                                                        CORAZÓN DE POETA 
                                                                  JEANETTE





Lágrimas y sonrisas

                                 LÁGRIMAS Y SONRISAS

Fue la última tarde
la última y el final,
la última para los dos
porque así debía pasar.

Entre lágrimas y sonrisas
entre las flores caminamos,
tan solo nosotros dos
donde hace mucho comenzamos.

Nos sentamos en el banco
el mismo de aquella vez,
y nos quedamos mirando
pensando que nada nos quedó por hacer.

Corté una rosa del jardín
y la coloque en tu pelo dorado,
tú te sentaste en mi en mis piernas
y así nos quedamos abrazados.

Los latidos de cada corazón
como uno solo resonaban,
entre besos y caricias
la tarde se nos pasaba.



La vida no es justa
no nos dieron la oportunidad,
porqué tienes que irte
luego que hayamos la felicidad.

Me diste las gracias por quererte
cuando yo estaba más agradecido,
si tú me sacaste de la noche
 de la soledad en que he vivido.

Entre lágrimas y sonrisas
nos quisimos y nos besamos,
sabiendo que luego de esa tarde
jamás volveríamos a tocarnos.

Yo quería resistir las lagrimas
pero al final no pude aguantar,
“no llores”, me dijiste con una sonrisa

“porque desde el cielo siempre te voy a amar”.

Tan solo, la soledad

                                TAN SOLO, LA SOLEDAD

Llevo tanto tiempo esperando
que llegue el gran final,
que esta vida se apiade
y la muerte me venga a buscar.

Para que quiero este mundo
si te me fuiste de aquí,
para que quiero esta vida
si yo aquí ya morí.

¡Destino sácame ya de aquí!
no ves que no quiero vivir,
sin ella no hay cosas hermosas
solo me queda mi amargo sufrir.

En que te fallé señor
que así me castigaste,
y a la mujer que más me quería
de mi vida te la llevaste.

Cuando todo era perfecto
me la viniste a sacar,
y a cambio ¿qué me dejaste?

tan solo… la soledad.

jueves, 9 de febrero de 2017

Cuerpos ardientes

                                  CUERPOS ARDIENTES

Aquella tarde era un infierno
todo en la ciudad ardía,
el calor era insoportable
nada vivo lo resistía.

Pero en aquella pequeña playa
nuestras miradas se buscaron,
desde el mar se llamaban
y en un instante se encontraron.

Hasta el lugar más alejado fuimos
y bajo el agua nos besamos,
y fue entonces que sentí
que algo entre los dos creamos.

El clima cambió de pronto
se nubló y comenzó a llover,
la gente tonta se iba
pero nosotros no teníamos que temer.

Solos, fuimos hasta los arboles
y bajo la lluvia hicimos el amor,
había tanto deseo y sensualidad
que nuestra piel generaba vapor.



La excitación no tenía limites
las gotas hervían por tanta pasión,
las sensaciones llegaban al extremo
al tiempo que perdíamos la razón.

Quedamos agotados y abrazados
contra un árbol quedamos recostados,
aun desnudos bañados por la lluvia
sin que nada nos hubiera importado.

Luego de un rato la lluvia se detuvo
el sol volvió a salir,
pero el clima ya no era el mismo
no como lo que acabábamos de vivir.

Nuestros cuerpos ardieron en llamas
cuando juntos tanto se amaron,
y ese fue un momento tan especial
como nunca nuestras almas imaginaron.