jueves, 9 de febrero de 2017

Cuerpos ardientes

                                  CUERPOS ARDIENTES

Aquella tarde era un infierno
todo en la ciudad ardía,
el calor era insoportable
nada vivo lo resistía.

Pero en aquella pequeña playa
nuestras miradas se buscaron,
desde el mar se llamaban
y en un instante se encontraron.

Hasta el lugar más alejado fuimos
y bajo el agua nos besamos,
y fue entonces que sentí
que algo entre los dos creamos.

El clima cambió de pronto
se nubló y comenzó a llover,
la gente tonta se iba
pero nosotros no teníamos que temer.

Solos, fuimos hasta los arboles
y bajo la lluvia hicimos el amor,
había tanto deseo y sensualidad
que nuestra piel generaba vapor.



La excitación no tenía limites
las gotas hervían por tanta pasión,
las sensaciones llegaban al extremo
al tiempo que perdíamos la razón.

Quedamos agotados y abrazados
contra un árbol quedamos recostados,
aun desnudos bañados por la lluvia
sin que nada nos hubiera importado.

Luego de un rato la lluvia se detuvo
el sol volvió a salir,
pero el clima ya no era el mismo
no como lo que acabábamos de vivir.

Nuestros cuerpos ardieron en llamas
cuando juntos tanto se amaron,
y ese fue un momento tan especial
como nunca nuestras almas imaginaron.

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